En estas épocas invernales en el hemisferio norte del planeta, las temperaturas bajan a tal grado que pueden llegar a afectar a los organismos vivos. A pesar de todo, la temperatura no ha sido una limitante para que la vida se abra paso. Por ejemplo, en las regiones del ártico de América se asientan grupos indígenas como los esquimales, que a pesar de las bajas temperaturas del lugar las cuales pueden llegar a bajar a menos de 0°C, ha sido posible que estos grupos se asienten en dicho territorio gélido y realicen actividades cotidianas. En estas zonas, también habita fauna que se ha adaptado a ese clima, como es el caso de los pingüinos y osos polares. Por otro lado, tenemos a comunidades que habitan en zonas desérticas con temperaturas que superan los 40°C. Independientemente del clima, los organismos vivos se adaptan para responder a estas temperaturas extremas, y de manera particular algunos organismos adoptan ciertas estrategias que les permiten vivir en estas regiones. A continuación describiremos algunos de estos mecanismos.